Se sabe que los hoteles boutique si bien tienden hacia lo rústico, también son sumamente agradables. Pero, ¿hasta qué punto y en qué sentido? ¿Puede decirse que la elegancia que los caracteriza es parte esencial de su oferta de alojamiento? ¿Cómo consiguen tal efecto de cara a la satisfacción del público? En lo que sigue intentaremos responder a estas cuestiones procediendo de la siguiente manera: primero, analizando lo que comúnmente se entiende por elegancia; después, mencionando algunas de las pautas principales que manejan los hoteles boutique, y finalmente, relacionando la primera con la intención de los segundos.
Hay cuatro características principales de la elegancia: en primer lugar, lo estético, esto es, que resulta siempre agradable a los sentidos, por tender a la belleza en todo momento. Después tenemos la naturalidad, su proyección ante los espectadores no es nunca forzada o fuera de lugar; lo que sigue es la distinción, esa voluntad por ser único y por último, la belleza, tal vez la máxima cualidad de lo que es elegante.
Los hoteles boutique comparten cada una de estas características, en su oferta de servicios, en la manera en la que acondicionan y embellecen sus instalaciones y en la atención personalizada que proporciona a sus huéspedes. Si la elegancia es la presencia de lo bello en las formas de ser de algo, los hoteles boutique se caracterizan como tales, por proyectarse ante sus clientes con esa misma intención: son la elegancia y el buen gusto en el medio del alojamiento hotelero. Por ello han conseguido ganar tanta popularidad en el mundo del turismo en años recientes, especialmente para lo que se refiere a las estadías románticas, los viajes de descanso, e incluso los viajes que se hacen para fines de negocios.
De esta manera, hemos podido determinar, en primera instancia, lo que se entiende por “elegante” y posteriormente las cualidades que definen a los mejores hoteles boutique. Esto nos ha conducido a entender la manera en la que comparten esta cualidad los hoteles boutique, y de qué modo encantan a numerosos turistas y viajeros, deseosos de alojarse en sitios más originales y novedosos y no tanto los hoteles tradicionales: en especial los grandes y sofisticados resorts. La relación entre elegancia y hoteles boutique es una de las pautas que se pueden seguir como orientación para elegir uno de estos negocios de hospedaje, para nuestras próximas vacaciones.