Lo que más define a las bodas que se celebran en los hoteles boutique son la privacidad y la elegancia. Hay que recordar que los hoteles boutique son establecimientos de hospedaje exclusivos y pequeños con un gran encanto y personalidad. Brindan un servicio bastante personalizado, y procuran satisfacer las necesidades de comodidad y privacidad de sus huéspedes.
La arquitectura que manejan los hoteles boutique incluye desde edificios tipo castillo y convento hasta cabañas y ranchos con techumbre de palma. No obstante lo más significativo es que en tales espacios se pueden organizar excelentes bodas, de la manera en la que los novios e invitados lo prefieran. Hay hoteles boutique de enorme calidad en las costas del Pacífico, en las playas de la Riviera Maya o en las fantásticas ciudades coloniales de México.
La comida que se sirve en un casamiento es un detalle esencial y cuando se realice una boda en uno de los muchos hoteles boutique que hay en México, conviene adaptarse al estilo del hotel. Por ejemplo, si ese hotel se ubica en una zona costera, entonces lo mejor es servir un menú con platillos de pescado y mariscos. Si en cambio la ceremonia tiene lugar en un jardín, entonces lo más adecuado sería servir un buffet o un banquete convencional. Las bebidas que se recomiendan servir en este caso son champan, tequila y una variada selección de vinos nacionales y extranjeros.
Ahora bien, si se tiene proyectado organizar una boda en un hotel boutique, se debe tomar en cuenta que muchos de estos negocios brindan asesoría logística y legal para ello. En este caso vale la pena aprovechar este apoyo y armonizar el evento de acuerdo al estilo del hotel boutique donde se celebre. En tal caso, las decoraciones, adornos y flores que se usen para engalanar la ceremonia deberían de ir de acuerdo al estilo del lugar. Lo anterior también es pertinente en el caso del vestido de novia.
Quienes elijan casarse en un hotel boutique tendrán sin duda una boda llena de originalidad y mucha diversión. Incluso por el hecho de que no habrá necesidad de escaparse con nuestra pareja a la mitad de la fiesta para comenzar la luna de miel, ya que a solo unos pasos hallaran una cómoda habitación y por supuesto, también los invitados al casamiento.
También es provechoso contar con los consejos de un coordinador de bodas para hacer algo que se recuerda de manera sumamente grata por toda la vida.