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El camino de Santiago: cómo cambió mi forma de pensar después de hacerlo

El camino de Santiago es una de las mejores experiencias que se pueden vivir. No solo lo digo yo sino todos y cada uno de los peregrinos que lo han hecho. Haré mía esa frase que dice que el camino de Santiago es «un reflejo de nuestras propias vidas» en el sentido en que supone sacrificio, esfuerzo, momentos felices y de emoción y por fin una satisfacción enorme de haber cumplido con nuestros propósitos. Y que todos ellos culminan en un mismo sitio: la ciudad de Santiago que vale como metáfora de algo más profundo que se alcanza a lo largo del camino y de lo que precisamente quiero hablaros en estas líneas. Espero que os ayude a decidiros a cambiar vuestra vida para siempre: tal y como yo mismo hice.
1.- Aprendí a valorar más las cosas
En la vida que vivimos día a día muchas veces no apreciamos lo suficiente todas las cosas que tenemos a nuestro alrededor. No solo me refiero a lo material sino también (y mucho más importante) a nuestros seres queridos y a nuestro propio lado espiritual. El camino de Santiago me enseñó a disfrutar de cosas que antes no tenía en cuenta.
Por ejemplo, nunca olvidaré el sabor de un puchero que tomé en Burgos después de una larga etapa. No olvidaré el calor que sentí al llegar al albergue después de una etapa donde nos pilló la lluvia. No olvidaré nunca la satisfacción que me dio parar 10 minutos a descansar un poco. Yo, que paso tantas horas sentado en mi trabajo, nunca pensé que me daría tanta gratificación hacerlo.
2.- Descubrí de nuevo a los desconocidos
Una de las cosas más valiosas que me enseñó el camino es que pueden redescubrirse a los conocidos. En efecto, durante el día a día andamos pendientes de nuestras cosas, ajenos a todos los demás, tratándonos simplemente como desconocidos. Sin embargo, el camino hace que te replantees esta relación con los demás. Encontrarte con alguien en un tramo del camino, iniciar una charla, terminar juntos una etapa o incluso finalizar el camino juntos y descubrir un amigo.
Esa sensación hace que descubras que, en realidad, muchas veces el problema no son las personas sino las circunstancias. Y una de las cosas más valiosas del camino es que te ofrece la posibilidad de replantearte tu forma de ver a los demás. Gracias a toda la gente que me acompañó y que me encontré durante mi peregrinación.
3.- Me ha hecho valorar más mi tierra
Es cierta esa frase que dice que, en demasiadas ocasiones nos fijamos más en lo bueno que tienen los demás que en lo nuestro propio. Yo mismo me sorprendí dándome cuenta de cuánta belleza me había perdido en mi propio país y cuánto dinero y tiempo había gastado buscándola en otros. El norte de España y, me consta, cualquiera de los puntos que recorre el camino de Santiago en cualquiera de sus rutas poseen una belleza incomparable.
Hace de hecho que redescubras tu propio país y te hace estar más orgulloso de él. ¿Qué decir de lugares como Estella, Ponferrada, Burgos o la propia Santiago de Compostela? Tanta historia, tanto patrimonio y tanta belleza hacen que aprecies más las cosas buenas de España.
4.- He descubierto que las ideas son el motor humano
A lo largo del camino encontré a gente con propósitos para hacer el camino muy distintos. Entre ellos me sorprendió una pareja de personas mayores, francesas, que habían decidido hacer el camino en agradecimiento al Apóstol Santiago por haber curado a su hija. Su historia me emocionó mucho. También conocí una persona que había decidido hacer el camino después de una enfermedad que le había puesto en jaque. Según sus propias palabras el camino era para él un renacimiento.
Aparte de la admiración que sentí por estas personas y sus propósitos para hacer el camino, me llevé de ellos la valiosa lección de que para cada ser humano las ideas que le hacen moverse son su motor: que independientemente de que yo no las comparta son tan profundas que pueden dar propósito a toda una existencia. De paso, me ayudó para conocer mis propios motivos, por lo que todos los días le doy gracias al camino por haberme dado esa lección.
5.- Me he enamorado
Aunque este punto tiene que ver con el de redescubrir a los desconocidos, he querido dedicarle un punto aparte por tratarse de una relación de amor. En el camino conocía a la que hoy es mi pareja. No se me ocurre una forma más bonita de hacerlo y siempre podremos rememorarlo a lo largo de varios días.
El camino me ha dado un regalo en cada plano de la vida y el que más le agradeceré siempre será haberme permitido conocer a una persona tan importante para mi desde entonces. Espero que tú mismo encuentres tus razones para hacerlo, sin embargo, si no las tienes y aún así lo empiezas las irás descubriendo a lo largo del camino: tal y como me paso a mí. Siempre recomiendo a todos los que van a aventurarse en este viaje que visiten https://santiagoways.com, ya que al ser un sitio especializado en el Camino de Santiago, podrás encontrar información muy útil para preparar tu viaje.